Reseña: Lazo eterno

06 noviembre 2012

Lazo eterno
Autora: Lucía de Vicente    Género: Paranormal
Editorial: Éride ediciones    ISBN: 978-84-15643-39-5           
Los hombres no saben que viven entre ellos, pero están ahí desde el principio de los tiempos.

Marina Miralles, una relaciones públicas que escribe bestsellers sobre vampiros, los presiente aunque no sabe quiénes son. Se siente acechada por ellos porque, sin ser consciente de ello, es algo que lleva en la sangre.

Marcos Pessaro, un misterioso empresario de la jet-set, tiene como misión protegerla. Y a eso se dedicará en cuerpo y alma, a pesar de la atracción que surge entre ellos.

Ella es inocente, impulsiva, valiente y… mortal.

Él es metódico, manipulador, oscuro y… vampiro.

La pasión puede destruirles y el amor les hace vulnerables.

El tiempo es su enemigo y el destino su aliado. El único que puede forjar entre ellos un LAZO ETERNO.

Uno de los puntos fuertes de Lucía de Vicente es su pluma. En su anterior publicación, Cuando pase la tormenta, quedé muy contenta con su estilo y con el mimo con el que cuidó cada escena. Afortunadamente, estas cualidades aparecen también en Lazo eterno, que destaca por el tiempo que Lucía de Vicente se toma para construir escenarios, personajes y trama, y por su cuidada narrativa.

La historia tiene un ritmo pausado, claro que cuenta también con sus picos de emoción. De forma lenta, vamos conociendo el mundo de nuestros protagonistas: Marina Miralles y Marcos Pessaro. Ella tiene una vida bastante normal: trabaja como relaciones públicas en una buena empresa y escribe libros sobre vampiros. Pero, pese a toda esa aparente normalidad, Marina se siente demasiado atraída por los vampiros y presiente cosas no del todo normales. Marcos se cruzará en su camino en repetidas ocasiones,  de formas un tanto casuales y sospechosas, despertando el recelo de Marina.

El tema de los vampiros ha sido abordado por muchos autores desde diferentes puntos de vista, con lo que crear algo nuevo y completamente diferente resulta complicado. Lucía de Vicente crea sus propios vampiros y se toma la molestia de explicarnos por qué son como son y cómo han llegado a ser así, aspecto que valoro mucho. La mayor originalidad de estos vampiros está, para mí, en su origen, en su jerarquía y  en presencia en el mundo.

Tanto Marcos como Marina son personajes de fuerte temperamento. Ella es una mujer de su tiempo, trabajadora e independiente; disfruta escribiendo y saliendo con sus amigos, pero esa obsesión que tiene por los vampiros la va a meter en graves problemas. Marina es también una mujer inocente e impetuosa, pone mucha pasión en lo que dice y en lo que hace, lo que la lleva, en ciertas ocasiones, a hablar sin pensar. En algunas partes de la novela se advierten ciertas contradicciones en ella: pese a tener tanto carácter parece plegarse con demasiada facilidad ante las órdenes de ciertas esferas del mundo vampírico.

Marcos es un personaje menos accesible que Marina. Tiene muy interiorizada la jerarquía de su mundo, lo que le hace pecar de rígido en buena parte de la novela. Dada su avanzada edad, tiene un carácter muy sólido, sabe lo que quiere y no se deja engatusar con facilidad. Marina será la encargada de reblandecer su coraza, pero no os equivoquéis, este hombre no se va a transformar, no va a dejar de ser el hombre que es (rígido, serio y mandón), pero si aprenderá a compatibilizar dos facetas: la del hombre con mucho poder y responsabilidades encima y la del hombre comprometido con una mujer.

La historia no es excesivamente dulzona, tiene sus partes románticas, por supuesto, pero la trama no solo se basa en la relación amorosa de los protagonistas y la acción tiene también su hueco en la novela. Ambas partes, la romántica y la acción, se desarrollan con calma, los lazos entre los protagonistas aparecen con el tiempo y de una forma verosímil, y lo mismo ocurre con la acción, que flojea, eso sí, en su resolución.

La novela se centra casi exclusivamente en los protagonistas, pero también aparecen algunos secundarios que enriquecen, o mejor dicho, podrían haber enriquecido mucho más la trama. Hablo de Rúbem, Máster Supremo de los vampiros, muy presente en la trama, pero de una forma un tanto superficial y al que podría haberse sacado mucho más partido; y de Lucas Rivero y Belén Peláez, el primero, subordinado de Marcos y la segunda, mejor amiga de Marina, una pareja de la que me esperaba más presencia y cuya historia me ha dejado con la miel en los labios.

Lazo eterno es una novela que destaca por su prosa y el mundo vampírico que presenta.

10 comentarios :

  1. Yo no soy mucho de novela paranormal y no sé, tras tu reseña no creo que a mi particularmente me llegara a entusiasmar esta novela.
    Soy bastante menos exigente con la histórica por ejemplo pero con la paranormal y la erótica lo soy mucho, así que de momento voy a dejarla pendiente.

    Un beso
    Dácil

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    1. Me imagino que sea cuestión de gustos personales. A mí, por ejemplo, me molesta mucho que en muchas novelas románticas paranormales se haga uso de la magia y lo sobrenatural para que surja el amor entre los protagonistas. En este caso no ha sido así y lo agradezco mucho.

      Un beso

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  2. Lucía de Vicente es una de mis autoras españolas favoritas así que Lazo eterno va a caer seguro.

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  3. No es la primera reseña que leo que dice que la historia es lenta y eso no me gusta nada, sobre todo porque a mi las lecturas lentas me acaban aburriendo T_T Lo voy a leer porque lo tengo en casa pero ya voy prevenida de que es lento :/

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    1. Que una historia sea lenta no me molesta. Creo que en este caso es positivo que Lucía se tome su tiempo en construir las bases de la historia. Pero entiendo que no todos tenemos los mismos gustos.

      Un saludo

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  4. A mi es que no me llama, en este género soy muy selectiva y no me gusta todo y leyendo tu reseña se que no me va gustar.

    Besos.

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    1. Prueba con Cuando pase la tormenta, una novela contemporánea que me gustó mucho.

      Un beso

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  5. Pues tras un largo descanso de vampiros creo que con tu reseña no me animo a volver. No me apetecen historias lentas.
    Eso sí, la portada me encanta
    Besos

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  6. Veo que la mayoría interpretáis el ritmo lento como una característica negativa. Para mi, en este caso, tiene su razón de ser. Cuando se adentra a los lectores en un mundo diferente son necesarias las explicaciones para que la historia vaya tomando forma y sea coherente.

    Un beso

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